jueves, 25 de junio de 2009

¡Qué imprudencia!

Mi medio de transporte principal son mis pies, así que me la paso quejándome de los automovilistas cafres. Y es que por este lado del planeta los automovilistas se suben al auto, lo ponen en marcha y una vez que han llegado a su destino, lo estacionan y se bajan tan campantes. Aquí surge la pregunta: ¡¿cómo rayos es que debería ser entonces el proceso de conducir un automóvil? Para un gran número de automovilistas este es el proceso correcto, pero, ¡hay cada bestia peluda con tres neuronas, de las cuales sólo dos hacen contacto!...

Más de una vez me ha tocado que estoy esperando para cruzar la calle (no hay semáforo en el crucero) y veo venir un automóvil que tiene dos opciones o se sigue derecho y me deja pasar o da vuelta y tengo que esperar a que pase. El automovilista no enciende sus direccionales, a lo que yo asumo que puedo pasar, y paso, pero sucede que da vuelta, tiene que frenar y me ve con unos ojos, que si las miradas fueran golpes iría a parar al hospital o al Ministerio Público (siempre los veo igual que ellos), algunos suenan el claxon, otros gritan aquéllo de ¡serás d'huleeee! o ¡tragarás liiigaaas! y ya los más finos especímenes le mandan recuerdos a la progenitora. ¡¿Qué piensa, que soy adivina?!, pues ¡no! ¡Use las direccionales p...! ¿Ah no verdad? XD. O qué hay de cuando ves que viene muy lejos y a una rapidez suficientemente lenta como para poder pasar sin problema alguno, pero, en cuanto ve que vas a pasar ¡¡acelera!!. Nunca entenderé su punto, total, si te rompe, te paga (por lo menos teóricamente hablando). O cuando ocupan las rayas el paso de cebra, algún día me atreveré a pasar por encima de uno de ellos (risa siniestra).

No se me olvida que como peatones también estamos sujetos a acatar ciertas normas, para una sana relación peatón-automovilista, y que a veces somos muy inconcsientes. Hoy por la mañana tomé un taxi porque para variar andaba algo apretada de tiempo, el taxista decidió irse por una vía de "alta velocidad" (a esa hora el tránsito vehicular no es muy rápido, pero sí lo suficiente como para, mínimo, dejar contuso a alguien), de repente, un señor sosteniendo con un brazo a una niña -quien por cierto cargaba su mochila- y con el otro cargaba la mochila de otra niña a la que jalaba de la mano, con esas palabras que la mayoría de los padres les dicen tan amorosamente a los hijos pequeños: ¡cóooorrele!, como si no estuvieran haciéndolo ya, se aventuró a cruzar y torear a los automóviles. ¡Me ha pegado el susto del día!, porque casi lo hacen sandwich entre el taxi y otro auto. Hacer eso cuando uno va solo es estúpido, pero cuando traes a tus hijas..., me deja sin palabras decentes para describir tal acto, aún más cuando el puente peatonal está a asquerosos 20 metros, aproximadamente y el semáforo como a 10 metros en la otra dirección. ¡¿Qué tiene en el cerebro?! Merde?!

Por pensar no se atrofia el cerebro, no seamos bestias peludas.

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